Formoso fue un hombre de la Iglesia Católica, que en su etapa de obispo fue excomulgado por el Papa Juan VIII, al posicionarse como su adversario político. En su etapa como Sumo Pontífice se vio obligado a coronar como emperador a Lamberto de Spoleto, y tras esto, tomó contacto con Arnulfo de Carintia, rey de Alemania, para que marchase sobre Roma, y liberase al reino de Italia de la familia Spoleto, y por extensión de Lamberto, proclamado emperador por Formoso.
En febrero de 896, Arnulfo expulsa a Spoleto de Roma, y fue proclamado emperador por Formoso en la Basílica de San Pedro. El 4 de abril del mismo año, Formoso fallece.
Pero si por algo ha pasado a la Historia el Papa Formoso, no ha sido por su actitud política, si no por un suceso escabroso que le aconteció después de muerto, el llamado Sínodo del Cadáver.
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